Don Pablo wrote this article in Spanish for the magazine El Hacho, which is published twice a year for residents and visitors to Montejaque, a pueblo blanco in Málaga province near to Ronda.
It recalls what happened during his first ever Christmas in the village.
It´s written in fairly straightforward Spanish, so should be fairly easy to understand.
Good luck and happy reading!
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17 de diciembre de 2008
Wir sprechen Deutsch en Montejaque!
Mi primera Navidad en Montejaque la pasé con mi novia alemana Rita (ahora mi esposa de casi 12 años) y sus dos hijos, Johannes y Jonathan, que estaban de visita durante el período festivo. ¡Una noche sufrimos un verdadero choque lingüístico!
Cuando los dos “hijastros” y yo salimos a tomar una cerveza en el pueblo, nos sorprendió terminar en un bar en la plaza del pueblo donde todos los presentes sabían hablar alemán.
Cuando llegamos al bar, hablando en alemán, la dueña nos saludó en un alemán fluido. Ani, junta con su esposo Antonio, ambos de Montejaque, habían emigrado a Knittlingen, en Baden-Wuerttemberg en el sur de Alemania, con sus dos hijos pequeños, para trabajar allí como parte del Gastarbeiterprogramm, el programa que ofrecía empleos a extranjeros para ayudar a reconstruir la economía alemana en los años posguerra.
Los niños, Diego y Juan, se criaron allí y fueron a la escuela en esa ciudad suaba, ahora la ciudad hermanada oficial de Montejaque, y son naturalmente bilingües.
Cuando la familia regresó a su pueblo natal, Antonio y Ani se hicieron cargo del Bar El Rincón, mientras que Juan tiene su propia empresa de construcción en Montejaque y Diego trabaja con turistas alemanes en Málaga.
¡Otra cosa sorprendente que descubrimos fue que Juan y mi hijastro Jonathan fueron al mismo instituto en Knittlingen!
Volviendo a esa noche de 2008 … de repente, una viejecita que nos había escuchado dijo: “Ich sprechen Deutsch. Ich Putzfrau Knittlingen. Mein Sohn sprechen Deutsch auch. Er kommen jetzt. Er arbeiten an der Küste. Er sprechen gut Deutsch”.
Esta señora, María, había sido limpiadora en Knittlingen durante muchos años. Su alemán no era muy bueno, Dios la bendiga, pero al menos podía comunicarse. Nos había dicho que su hijo, que debía llegar pronto de su trabajo en la costa, también hablaba alemán.
Con eso, entró su hijo, también llamado Juan, y rápidamente empezamos una conversación - en alemán, por supuesto. A diferencia de su madre, su alemán era perfecto; de hecho, nos dijeron más tarde, ¡es mejor que su español! Pero bueno, nació, se crió y se educó allí, así que eso es lógico.
A medida que avanzaba la noche, nuestra conversación se puso más fluida a medida que fluía la cerveza. Allí estábamos: seis españoles, dos alemanes y un inglés en un pequeño bar en un pequeño pueblo de montaña de Andalucía, todos hablando alemán. Algo que nunca olvidaré.
¡Feliz Navidad! ¡Frohe Weihnachten!
Para información
En la década de los sesenta, unos centenares de habitantes de Montejaque y el pueblo vecino Benaoján emigraron a Alemania en busca de trabajo. Muchos fueron a la ciudad de Knittlingen, cerca de Stuttgart, para trabajar en las fábricas de la zona bajo el Gastarbeiterprogramm.
Desde entonces, muchos han regresado a sus pueblos de origen con sus familias, dando lugar a un número sorprendentemente alto de hablantes de alemán en esta parte de la Serranía de Ronda. Los fuertes vínculos entre los tres pueblos se convirtieron en una asociación oficial que se firmó y selló en 2010.
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Nota: Hay una versión de este artículo en inglés aquí.